29 de enero de 2011

Mas historias de la jungla...

Hace unos días tuve una experiencia extraña, me dirigía a la central de autobuses en el carro de un amigo, eran aproximadamente las 6 de la tarde y en un alto, se acerco por la ventana un señor de aproximadamente 70 años, muy bien vestido aunque seguramente su traje tenia la misma edad que el, se veía agitado y asustado, iba cojeando y poco a poco yo veía como se iba acercando hacia mi ventanilla. El alto no cambiaba a verde por lo que le dio tiempo suficiente de acercarse a mi lado de la ventana, venia muy agitado, con lagrimas en los ojos, me pareció extraño que una mano la traía metida en la bolsa del pantalón y no la sacaba, sin embargo me mantuve segura con el vidrio arriba, entonces se acerco y empezó a hablar, yo no lograba escucharlo y conmovida baje un poco la ventana, lo suficiente para que pudiéramos oírlo, en realidad supuse que nos pediría dinero y yo tengo la costumbre de dar un poco cuando veo que la gente ya no puede trabajar mas, así que tenia mi cartera en la mano, sin embargo la sorpresa fue que no pidió dinero, este señor empezó identificándose diciendo " Soy el ingeniero Sánchez, tengo 74 años, hace unos momentos me bajaron con metralletas del taxi en el que iba, me robaron mi portafolio con todo lo que traía" mientras decía esto se le salían las lagrimas, tengo que decir que yo ya estaba algo conmovida, era un señor ya mayor, después el continuo llorando aun mas " Hable al maestro de la obra que traigo en Indios Verdes y me aviso que habían matado a mi esposa y mis dos hijas" válgame dios, pensé yo.... al mismo tiempo voltee hacia atrás pues me entro un poco de miedo pensar que hacia eso para distraernos y llegaría mas gente por detrás a intentar asaltarnos o hacernos daño, el semáforo no cambiaba a verde y aunque me conmovió la historia, pensé que no era verdad, entonces guarde la cartera.. Cuando termino de hablar el ingeniero, le preguntamos que si podíamos hacer algo nosotros por el?  a lo cual no pudo contestar pues se cambio el semáforo a verde, subí el vidrio y avanzamos.. el hombre se quedo parado en medio de la calle.. Mientras avanzamos me sentí algo mal de pensar que ese hombre de verdad estuviera en problemas, pregunte a mi amigo su opinión y me contesto que así como podía ser verdad, también podía ser que nos fueran a asaltar y ese solo un distractor. Entonces pensé en la situación tan difícil que te pone la ciudad, si algún día me veo en aprietos e intento pedir ayuda, la gente me vera como posible asaltante..? habrá alguien que me ayude? Pero es que en esta ciudad no se sabe, si intentas actuar bien y resulta que era una farsa para asaltarte, entonces te sientes como una tonta por haber caído en la trampa, si no ayudas y eres indiferente, te sientes mal por no haber hecho algo por alguien que te necesitaba.. así que para dejar los sentimientos de lado, solo queda ser indiferente, no sentirte mal ni bien, solo pasar por las calles viendo solo por ti y tu bienestar. Al final no paso nada, solo esa reflexión en donde pedí que ojala no fuera cierta esa historia tan trágica... a veces la gente busca subsistir intentando conmover a los demás, haciéndonos sentir mal de estar en mejores circunstancias, pero en las grandes ciudades donde la vida diaria es supervivencia como en una jungla, hay que saber desconfiar hasta de nuestra propia intuición para estar a salvo. Eso es nuevo para mi, pero vaya que esta ciudad te enseña mucho de la supervivencia.. así que les dejo ese consejito para aquellos que viven en ciudades que mas que un simple lugar son junglas enteras, como en mi caso.

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